De nuevo turistas en Nepal

Ya ha pasado un mes sin contaros nada, nuestro último mes, muy movidito, que os lo resumiré ahora.

Tras dejar el orfanato, nos dedicamos a hacer de turistas por Pokhara, un pueblo donde ya llevabamos casi un mes y no conociamos mucho.
Fuimos a ver toda la vista de los Annapurnas desde una colina, que fué increible y al museo internacional de la montaña.

Y como no, siempre aprovechamos las circustancias para celebrar algo y en este caso fué la despedida con nuestras compañeras del orfanato en el famoso pub Club Amsterdam de Pokhara donde ya las conocian.
Ha sido genial compartir esta experiencia con ellas, dos son de Australia y una de Inglaterra. La verdad es que nos ha unido bastante y las quiero muchisimo, esperamos poder verlas pronto.
Cada vez me reafirmó más en que lo mejor del viaje es la gente que te encuentras!!!

Durante los últimos dias recibimos una visita de una amiga del primo de Jordi (Olga y Manu) que nos trajeron 500grs de jamónnnnnnnnn, increible!!!!!!!! No os podéis imaginar como se echa de menos la comida y sobretodo el pan con tomate y el jamón. Para nosotros fué glória, creo que es el jamón que mejor me ha sabido en la vida. En dos dias ya nos lo pulimos. Estuvo muy bien compartir unas cenitas con ellos.

De ahí decidimos ir hacia el sur del país, casí frontera con la India a la selva de Chitwan, para ver los rinocerontes y sobretodo el Tigre de Bengala.
Vimos muchos animales menos el tigre, no tuvimos tanta suerte pero según dicen sólo hay un 10% de probabilidades.
Chitwan no está mal pero me pareció un poco circo, los animales están en libertad pero hay mogollón de turistas y todo el mundo te vende los mismos paquetes. Nos tocó un guía muy majo y muy experto que nos hizo disfrutar más las travesías por la selva.
La primera tarde nos llevó a dar un paseo y vimos en vivo y en directo el rinoceronte, que es enorme!!! La verdad es que impone mucho y me pareció un animal como muy prehistórico, curioso.

El segundo dia hicimos una parte del recorrido en canoa y en la orilla va y nos encontramos este pedazo de cocodrilo, menuda boca, allí si que me dió miedo. Según el guía estaba durmiendo y no había peligro pero imagináte que se despierta, yo no podía dejar de mirar para atrás a ver si venia. 

Esos dias conocimos a una pareja de españoles, Leonor y Rubén, que justamente iban para Kathmandú el dia 31 de Diciembre igual que nosotros.
A su vez ellos conocieron a otra pareja de barcelona, Sara y Alex, así que el fin de año lo pasamos los 6 juntos, ya en Kathmandú.
Curioso, verdad? Lo pasamos genial, fué diferente.

Después ya cada uno seguía su camino y nosotros nos quedamos a visitar más cosas de la ciudad ya que cuando llegamos vimos, muy, muy poquito.
Simplemente nos dedicamos a callejear, dejandonos llevar, que para mi es lo mejor.
Nos metimos en callejuelas y placitas, disfrutando del espectaculo del dia a dia que se forja en esta ciudad con tantos contrastes.



Como podéis ver es todo bastante pintoresco y caótico, sucio y polvoriento pero con encanto, al lado de un montón de basura se ponen a vender fruta y en la misma plaza hay gente desparasitandose, una locura...

Una de las imágenes que se me ha quedado grabada y que me impactó muchisimo, fué que vimos un niño de no más de 10 años en la Plaza Durbar (la más famosa de Kathmandú), drogado perdido aspirando cola en una bolsa que no se podía tener ni en pié. Os juro que eso me rompió el alma, por desgracia, es bastante común por aquí.
A esa edad no saben ni lo que hacen, pero la mayoría vive en la calle, no tienen familia y todos acaban cayendo en lo mismo, eso les destroza en cerebro, es tan triste.
 


La vida es tan diferente, aqui el peso de todo recae sobre las mujeres pero encima no las valoran, si una mujer se queda viuda ya no puede optar a nada. Los hombres simplemente se pasan el dia jugando en la calle a un juego nacional, no hacen nada más, ni el huevo.


Estabamos bien y disfrutando pero con muchas ganas de volver ya, así que los últimos dias los dedicamos a hacer compras y preparar el regreso. Conseguimos adelantar el billete de avión unos 10 antes de lo previsto.
Así que después de 50 días aprox, abandonamos Nepal, rumbo a la civilización occidental.
Menudo choqué, menudo cambio, en ese momento no era del todo consciente de esto pero ahora que ya os estoy escribiendo de Barcelona, os aseguro que el impacto ha sido muy grande. Eso ya os lo contaré más adelante, la próxima entrada la pienso dedicar a todo lo que he sentido al regresar.




Antes de llegar a Barcelona, pasamos por Menorca, mucho más tranquilo, para empezar a habituarnos un poquito, que isla más preciosa.
Allí estuvimos con mi amiga Cristina y nos pusimos de comer pan con tomate y embutido hasta arriba. Ella vive en una masía en medio del campo, con vistas al mar y un montón de terreno, este es el estilo de vida que quiero, definitivamente, al menos probarlo.

De ahí ya llegamos a Barcelona y Bienvenidos al stressssssssss!!!

Comentarios

  1. Hola guapa!!!

    Por el blog de Pao vi que habías vuelto.

    Muchos besos y a ver si nos cuentas en persona :)

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  2. Hola wapa!!!

    Sort de la foto, sinó no sabia qui eres ;)
    Si, ja he tornat i d´aqui res m´en vaig, perque ens mudem a Menorca, pero ja ens veurem, aniré venint un cop al mes, més o menys.

    Petons

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